Las dos casas principales que tenía el intérprete, una en el condado inglés de Wiltshire y otra en una exclusiva urbanización de Beverly Hills, fueron traspasadas recientemente, lo que ha llevado al astro de la música a embolsarse unos 60 millones de dólares en total. Por desgracia, Robbie y Ayda no tenían un plan B para garantizar su su nueva casa y, sobre todo, las escuelas de sus niños, como confesó el artista en su última aparición radiofónica.
"De verdad que no tenemos donde vivir. Estamos sin casa ahora mismo. Lo hemos vendido prácticamente todo, no vivimos en ningún sitio como tal y estamos tratando de solventar este problema", explicó Robbie Williams en su entrevista a la emisora australiana KIIS 106.5, en la que comparó los contratiempos educativos de sus hijos -Teddy (9), Charlie (7), Coco (3) y Beau (2)- con un cubo de Rubik en manos de un novato.