Como ha quedado patente en el último episodio de 'Keeping Up With The Kardashians', grabado a finales del año pasado, la celebridad rompe a llorar en medio de un momento de desahogo con sus hermanas, en el que reflexiona, quizá con demasiada autocrítica, sobre la imposibilidad de estar a la altura de lo que supuestamente ha de esperarse de una esposa del exitoso músico.
Según Kim, este se merece a una compañera de vida que pueda adaptarse a su intenso ritmo de trabajo y, sobre todo, de desplazamientos por todo el mundo.
"Sinceramente, no puedo seguir haciendo esto. ¿Por qué sigo aquí, en este lugar en el que llevo estancada tantos años? Es que él no para de moverse y de viajar, todos los años cambia de estado.