En el último episodio de 'Keeping Up With The Kardashians', la diseñadora y empresaria se sincera con su hermana Kendall Jenner sobre las malas artes del constructor y promotor inmobiliario al que Kris y ella habían encargado las obras de sus flamantes inmuebles.
Una vez terminado el trabajo, este 'profesional' optó por no entregar a sus clientas las correspondientes escrituras de las casas, lo que en la práctica implicaba que estas fueran básicamente de su propiedad.

De hecho, su intención pasaba por vender las mansiones a posibles inversores de la zona.
Una vez consumado el engaño, el cual fue finalmente subsanado por las celebridades a través de la vía policial y judicial, Khloé y Kris iniciaron una investigación exhaustiva sobre el constructor para sacar a la luz posibles precedentes de su terribles casos, encontrándose nada menos que 35 páginas relativas a su historial delictivo.