El mismo día en que le dieron esa noticia, Kim le había pedido a su amigo Jonathan Cheban que la acompañara a su salón de belleza favorito para que la depilaran y le pareció una pena que, por unas pocas horas, no pudiera terminar de arreglarse como le gustaría haciéndose también una manicura y una pedicura. En lugar de entrar en pánico ante la posibilidad de que su bebé naciera antes de lo previsto, ella mantuvo la calma e incluso convenció a sus médicos de que aplazaran un poco el parto inducido que le habían programado de urgencia.
"Lleva las uñas pintadas de oscuro porque todavía estaba en una fase en que solo utilizaba Lincoln Park After Dark [un tono de la marca OPI] o colores borgoña. Entré en pánico porque iba a tener una niña y quería una manicura en un color rosa claro para dar a luz. Le pregunté al médico: '¿Estás seguro de que tiene que ser ahora mismo? ¿No podrías darme dos horas?'. Por suerte, me dio permiso", ha recordado en el podcast 'FoodGod: OMFG' de Jonathan.