El Potrillo de vacaciones en familia
â??Todo empezó porque Alex tenía muchas ganas de hacer este viaje y valió la pena, nos la pasamos increíble. Aprovechamos las presentaciones que tuve en Tuxtla para hacer el recorrido por Chiapasâ?, nos contó Alejandro Fernández, quien durante dos días visitó maravillas del estado acompañado de su novia y de su hijo, el mayor de los cinco que tiene.
El viaje fue especial. Cruzaron el Cañón del Sumidero, visitaron las cascadas de Agua Azul, se fotografiaron en la zona arqueológica de Palenque y recorrieron San Cristóbal de las Casas.
Así que mientras muchos medios especulaban sobre la ruptura del noviazgo entre El Potrillo de 36 años y Ayari de 23, ellos andaban felices al sur del país compartiendo experiencias inolvidables con Alejandro Jr.
â??Siempre dicen cosas diferentes, que ya cortamos, que nos vamos a casarâ?¦ para nosotros lo importante es cómo estamos los dos y les puedo decir que muy bien, que seguimos juntos y contentosâ?, aclaró el intérprete tapatío. Respecto al viaje, destacó el hecho de pasar tiempo con su hijo y que la convivencia entre los tres fue buena. â??Aprovechamos muy bien el tiempo, la verdad es que Alejandro ya está grandísimo y nos llevamos súper bien. Aparte de viajar, hacemos muchas actividades juntos como ir a esquiar o a jugar futbol.â?
También nos dijo que uno de los principales motivos que lo llevó a éste lugar fueron los desastres naturales, porque recalca que no sólo Tabasco necesita mucha ayuda sino también Chiapas. Y él es de los que actúan: fue el primer artista en hacer un donativo por los damnificados de Tabasco al regalar las entradas de dos de sus palenques en Guadalajara.
Por esta acción, por su talento y carisma, El Potrillo es una de las celebridades consentidas del país y se lo demuestran en cada lugar que visita: â??Llegamos a San Cristóbal de las Casas y nos fuimos al mercado donde me empezaron a reconocer y de repente tenía a mucha gente a mi alrededor tomándose fotos y pidiéndome autógrafos, pero lo más lindo fue que las mujeres me decían los piropos en tzeltal, que es el dialecto de una de las ocho comunidades indígenas que existen en el lugar, y me tomaban fotos con sus celulares... fue muy padreâ?, nos dijo al final Alejandro.