El Rey León presentó su primera función relajada en el Teatro Telcel y fue un momento histórico para la inclusión en el teatro mexicano. Con sonido moderado, luces tenues y libertad para moverse, esta experiencia estuvo pensada especialmente para personas con autismo y neurodivergencias, permitiéndoles disfrutar del musical a su propio ritmo.
La experiencia comenzó incluso antes de entrar a la sala. En el lobby se sentía un ambiente diferente: personas con audífonos sensoriales, niños con peluches o mantas de peso, voluntarios sonriendo con paciencia y señalética visible para orientar sin prisa. Una vibra suave, respetuosa, contenida. No había prisa. No había expectativa de silencio perfecto. Había espacio para habitar el teatro a la manera de cada quien.