‘Harry’s House’ la consolidación de una estrella

Su segunda producción, Fine Line, fue un impulsó mucho más contundente por dejar atrás su pasado musical. Y esta nueva entrega se percibe como una acertada continuidad a ese espíritu pop retro y sofisticado, traído a la actualidad de una industria cambiante.

En sus 13 pistas, no se desperdicia ni un solo momento, desde el sencillo principal As It Was, hasta el festivo Late Night Talking, así como en Daylight o Satellite, el cantante se sabe listo, seguro; hasta presumido.

De nueva cuenta, como pasó con temas como Watermelon Sugar, la cual fue escrita a partir de la novela posmoderna de Richard Brautigan, este álbum está plagado de letras que, de primera escucha, se antojan rebuscadas o que apelan a que el público descifre ciertas claves que el británico ha dejado regadas por ahí.

Harry Styles se consolida como una de las estrellas de la música de la época. Logró darle un giro a su carrera, quizá con la clave de la madurez, pero logró encontrar un sonido que le permite comunicarse con una audiencia que va más allá de sus fanáticos cautivos Directioners.

El británico ha jugado bien las reglas de la industria. Le va bien el juego de las portadas de revista y las alfombras rojas que lo refrenda con una contundente propuesta musical. Sin lugar a dudas será uno de los sonidos de los que hablaremos cuando, en el futuro, recordemos esta década. También estamos a la espera de sus próximas apariciones en la gran pantalla, como protagonista en Don`t Worry Darling, de Olivia Wollde, y su rol diverso en My Policeman.