El fotoperiodista mexicano Enrique Metinides falleció a la edad de 88 años. Durante su carrera, se convirtió en uno de los fotógrafos más relevantes de finales del siglo pasado y logró construir una obra ejerciendo un género generalmente desestimado: la nota roja.
El brazo de un niño atrapado en el molino de carne en una carnicería, un grupo de mirones que ven a un ahogado en un río, o una mujer que llora junto al cuerpo de su novio que fue apuñalada por ladrones en el Bosque de Chapultepec; su obra está determinada por la captura de la tragedia cotidiana.
Tal y como lo retrató el documental El hombre que vio demasiado, de la realizadora británica Trisha Ziff, comenzó su carrera como fotógrafo cuando era un niño, tenía una mirada particular sobre la muerte y era un coleccionista obsesivo de pequeñas figuras de ambulancias.
Un ejemplo de su particular forma de mirar la tragedia a través de su cámara es una de sus más emblemáticas capturas. La muerte de la periodista Adela Legarreta Rivas quien perdió la vida el 2 de abril de 1979 atropellada por un vehículo. Se aprecia el rostro de la mujer impecablemente maquillado y su mano reposa serena sobre el poste también derribado en el accidente mientras un elemento de la cruz roja intenta colocarle un abrigo.
La composición de sus capturas escapa a la intención inicial de fotoperiodismo que es reportar un hecho noticioso. Hay un ojo autoral que se inclinaba también por una intencionalidad estética para apelar emocionalmente a los espectadores y lectores de los principales diarios en los que colaboró. Encontró belleza en lo perturbador.
En 1997 se retiró del oficio. Años después su obra resucitó en una frecuencia distinta al diarismo de nota roja. Comenzaron a publicarse catálogos y su obra se expuso en Nueva York, Berlín, Madrid, Zúrich, San Francisco, Arlés, Helsinki y París. Sus fotografías fueron compradas por coleccionistas y comenzó a estudiar su obra como artista.
“Las fotografías de Metinides pueden verse como arte público, ya que captan el momento en el que el flujo social se vuelca hacia el lugar del accidente como si éste fuera una acción performática llevada a cabo en el espacio urbano. El registro hecho por Metinides revela tanto la crudeza cómo la estética del momento”, se puede leer en el catálogo de la exposición El derrumbe de la estatua, del Museo Universitario de Arte Contemporáneo MUAC.