En esta cinta, en la que comparte créditos con las actrices Paulina Dávila y Cristina Rodlo, De Tavira se adentra en el tono del thriller por primera vez de forma decidida. Su personaje crea una ambivalencia en el espectador cuando en la trama, su novia desaparece de forma misteriosa y él se queda con un pie en la inocencia y otro en la culpabilidad. El actor de 36 años de edad trabajo este rol a partir de esa ambivalencia en la que la mirada de cada espectador tuviera todas las pistas necesarias para creer una cosa o todas las pistas necesarias para crear otra. “Ser un lienzo en blanco para que sea el público y el tono de la película quien cree al personaje y no al revés,” señala.

El otro elemento fundamental en la preparación de este personaje es el vinculado directamente con la ejecución musical. Si bien de Tavira ya sabía tocar el piano antes de esta filmación, decidió perfeccionar su técnica para poder hacerlo en vivo con la intención de no retrasar a la producción o para que el fotógrafo Santiago Sánchez tuviera que desencuadrar las manos para que no se vea que el actor no estaba tocando.
Pérdida es una nueva versión de la cinta colombiana La cara oculta. José María bromea con el hecho de que en los últimos años le ha tocado hacer ya varios remakes. “Ya tengo experiencia en ello,” dice. Sin embargo encuentra, justo, en la música clásica una explicación. “Se hacen versiones de la novena sinfonía de beethoven y la hace uno y la hace el otro y la hace el otro y la hace el otro; yo nunca he sido un fanático de la originalidad en ese sentido, la originalidad es una moda del siglo XX que no existía antes y no va a seguir existiendo después, es bueno ver lo que vas a hacer para hacerlo a tu manera o hacerlo mejor según lo que tu crees. Simplemente estar a la altura de hacer un buen trabajo, independientemente de si se hizo antes o se va a hacer después, me parece que es un buen reto.”