De lo clásico a lo queer. ¿Quién es Emiliano Zapata hoy?

Si bien esta exposición ocurre en el marco de los cien años de la muerte de Emiliano Zapata, Vargas Santiago aclara que no se trata de una conmemoración y que tampoco es un recuento biográfico. Para el curador, esta es la oportunidad de mirar de forma crítica la figura del caudillo para preguntarnos ¿por qué Zapata ha sido tan importante y por qué sigue siendo vigente?

Cerca de 140 piezas, que van desde producciones históricas, hasta piezas de arte contemporáneo, conforman este recorrido que va desde el pulso revolucionario a principios del siglo pasado hasta la apropiación contemporánea de la figura zapatista, pasando por las representaciones posteriores al movimiento armado y en los movimientos sociales de la década de los 50 y 60.

Más de 70 artistas exhibiendo un perfil distinto del simbolismo zapatista a través de pinturas, obra mural, arte objeto, videoarte, dibujos, documentos, publicaciones, esculturas, fotografías, grabados, instalaciones, indumentaria y material interactivo.

FEMINISMO, MIGRACIÓN Y QUEER

Las representaciones de Zapata posteriores a la revolución se centraron, primordialmente, en construir y ratificar su perfil heroico. Ejemplo de ello son las piezas de José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros o Diego Rivera quienes utilizaron su figura como parte de su ideal nacionalista que buscaba colocar al centro de su discurso la lucha campesina y enaltecer las raíces indígenas.

Pero este no es el único rostro que revela la muestra. Para Luis Vargas Santiago hay dos momentos particulares en los cuales centrar la mirada. Por un lado, la importancia que tiene el feminismo y las lecturas de género vinculadas a Zapata; ya sea para cuestionar los modelos machistas, subvertirlos, deconstruirlos o para subrayar la presencia de las mujeres ante la lucha armada en el zapatismo.

En este rubro destacan piezas como un retrato en blanco y negro captado por Graciela Iturbide en 1942, donde un grupo de mujeres posa frente a un mural con los rostros de Juárez, Villa y Zapata o una instalación de la cinematógrafa Mariana Botey quién rescató imágenes de su archivo cuando filmó con la técnica del super 8 a mujeres integrantes de la caravana del EZLN en el año 2001.

Por otro lado, cuando hablamos de Zapata tenemos que hablar de un héroe binacional que le pertenece a los mexicoamericanos y a los chicanos donde ha tenido una vida simbólica para muchas de las personas que cruzan la frontera y que se instalan en comunidades en Estados Unidos. En este sentido, las piezas de Alfredo Arreguin, Roberto Chávez, Emanuel Martínez y Rubén Ortiz Torres son ilustrativas.

En una misma línea de reconfiguración, las piezas de artistas como Julio Galán o Fabián Chairez exploran de forma crítica en la idea de “macho mexicano” asociada a la figura de Zapata para plantear una nueva idea de masculinidad, incluso, con un perfil queer asociado a una “nueva revolución.”

“Zapata es un icono indomable, nadie puede domesticar a Zapata,” concluye Luis Vargas Santiago en medio de las piezas de artistas quienes también han reclamado al caudillo en diferentes momentos de la historia.

Zapata después de Zapata se exhibe en el Museo del Palacio del Palacio de Bellas Artes , Av. Juárez Centro Histórico de la Ciudad de México. De martes a Domingo, de 10:00 a 17:00 horas. 70 pesos, aplican descuentos.