Los sérums se han convertido en una de las partes más básicas de nuestra rutina de belleza, pues su característica principal es que tienen grandes propiedades para el cuidado de la piel gracias a su nivel de consentración de ingredientes activos.
Si bien hemos incluido estos productos a lo largo de nuestra vida, es posible que no estemos aplicándolo de la mejor manera, ya que sin importar que tan fácil sea de usar, podemos cometer algunos fallos con él.
Uno de los principales errores al aplicar el suero es que ponemos el dosificador o gotero directamente sobre nuestra piel, causando que las bacterias invadan el producto. Lo más importante antes de comenzar con nuestra rutina de belleza es limpiar nuestras manos ya que debemos poner primero los productos sobre las palmas, manteniendo una distancia con el aplicador para evitar que se contamine.
Echa las gotas del sérum sobre las palmas de tus manos, no sobre los dedos, ya que al ser un producto muy líquido puede colarse entre tus manos y terminarás por desperdiciar mucho producto.
Cada suero es distinto, y deberás seguir la aplicación según lo indique, ya que si usas más producto del recomendado estarás desperdiciando y no será funcional.
Podemos creer que la aplicación de nuestro suero debe ser uniforme y abarcar toda la cara, por lo que solemos arrastrar el producto y terminamos aplicando más. Pero, lo mejor para la correcta aplicación del suero es presionarlo en la piel. Una vez que tengas el producto sobre tus palmas, entonces lleva tus manos hacia tu cara y empújalas suavemente por todo tu rostro. Presiona unos segundos y continúa con pequeños toquecitos para una mayor penetración.
Determina el sérum que utilizarás y evita combinar más de dos, ya que puedes llegar a tapar los poros y no obtendrás los resultados que deseas. Te recomendamos utilizar un suero por la mañana y otro por la noche, para que puedas obtener los beneficios completos de cada uno, sin sobreponerlos. También toma en cuenta los ingredientes que contengan, para que puedas combatir diferentes necesidades, como la niacinamida y el ácido hialurónico , que pueden ir bien juntos pero se usan para diferentes problemas.
