Sin una final de brillo, sin necesitar su mejor tenis en ninguna etapa del torneo, Djokovic, gran favorito hace catorce días, consolida su liderazgo en la superficie y suma 27 encuentros sin perder en Wimbledon, más de cinco años sin probar la derrota.
El champán, los gorros para protegerse del sol, los príncipes en la grada... Todo estaba preparado para una sesión de cohetes en la Catedral del tenis, una exhibición entre el jugador que todo el mundo esperaba que estuviera en este partido y la gran sorpresa del torneo.
REVIVE LA POLÉMICA:
Kyrgios, con su andar pasivo, impertérrito ante el partido más importante de su vida. "Dale a un hombre una máscara y te mostrará su verdadero ser", tiene escrito el australiano en una pierna. Su máscara, la de finalista de Wimbledon, su ser, el del tenista que apareció en el primer set del partido por el título. Un Kyrgios tranquilo, sin emociones, con un servicio en el que los primeros volaban a 219 kilómetros por hora y los segundos a 125.
