Charlene de Mónaco ‘rompe las reglas’ con su look frente al papa Francisco

El vestido de la princesa tuvo algunos detalles que no son precisamente recomendables cuando se visita el Vaticano.
Alberto y Charlene de Mónaco tuvieron una audiencia privada con el papa Francisco.

Luego de más de un año en el que la princesa Charlene estuvo ausente por bajas físicas y emocionales, Alberto de Mónaco y su esposa han retomado su agenda conjunta con una serie de viajes y eventos que los han mantenido muy ocupados.

El más reciente fue una visita sorpresa de la pareja al Vaticano, donde se encontraron con el papa Francisco en una audiencia privada.

Llamó la atención que la princesa no aprovechara el privilége du blanc, que permite a ciertas reinas, reinas consortes y princesas católicas vestir de blanco cuando se reúnen con un papa -la esposa de Alberto de Mónaco es una de las siete mujeres de la realeza que tienen permitido hacerlo- a diferencia del resto, que debe usar negro, color que simboliza piedad y humildad, y que eligió Charlene para la ocasión.

Charlene usó un vestido del sudafricano Terrence Bray.

Esta modestia no implica que Charlene haya sido completamente cautelosa al elegir su look, ya que varios detalles llamaron la atención de éste: primero, el escote palabra de honor, que deja al descubierto el cuello y parte de los hombros, una opción arriesgada. Por otro lado está la confección del escote y las mangas en tul, un material semitransparente que no muchas usarían en una audiencia privada en el Vaticano.

Sin embargo, no puede negarse que el diseño de Terrence Bray, sudafricano como la princesa, es elegante y sigue siendo apropiado para la ocasión ya que cumple con la exigencia de mangas largas.

Pero la ‘rebeldía’ de Charlene no terminó ahí, la llevó también en los accesorios: eligió unos pumps color nude de Louis Vuitton cuando lo correcto al vestir de negro es que los zapatos sean del mismo color, y aunque sí llevó un rosario como es común que hagan las mujeres que se encuentran con el papa, no lo llevó en la mano como se acostumbra, sino colgado al cuello. Donde sí atinó fue en usar la clásica mantilla en color negro.

Por si fuera poco, la princesa de 44 años dio de qué hablar con su manicure. Llevó las uñas en negro, un detalle que no deja de llamar la atención porque normalmente las royals optan por dejarlas al natural o pintarlas con algún tono nude.

La elección de Charlene en cuanto al color de uñas fue inusual.