Cualquier mamá de un niño pequeño se habrá identificado con Kate Middleton la tarde del domingo, cuando tuvo la complicada ‘misión’ de mantener entretenido al más inquieto de sus hijos, el príncipe Louis, de 4 años.
El menor de los príncipes de Cambridge, cuyos hermanos mayores son la princesa Charlotte, de 7 años, y el heredero al trono George, de 8 años, puso a prueba la paciencia de Kate Middleton, de 40 años, y hasta del resto de la familia, que tuvo que ‘tomar turnos’ para divertir al bisnieto de Isabel II.
El niño se levantó de su asiento, se subió en la silla, le jaló el pelo a su prima Mia Tindall, manoteó a su mamá –aunque después le dio un cariñoso beso–, señaló con la mano todo lo que le llamó la atención, bailó y gritó.
La ‘prueba de fuego’ para Kate vino cuando Louis hizo un berrinche: le tocó la cara, le sacó la lengua y le hizo caras, y aunque hubo momentos de tensión en el Palco Real, lo logró con éxito, sin perder la tranquilidad.
Afortunadamente para la futura reina, su familia ayudó un poco: Charlotte lo entretuvo y William lo cargó en sus piernas, al igual que el príncipe Carlos, que hizo de abuelo cariñoso por unos momentos, cargándolo y moviéndolo al ritmo de la música, mientras el niño señalaba todo lo que le parecía interesante. Mientras tanto, Camila, duquesa de Cornwall, miraba divertida la escena.
Los duques de Cambridge cerraron el fin de semana largo de festejos del Jubileo con una publicación en las redes sociales, en la que agradecieron a quienes celebraron con la reina sus 70 años de reinado, y no pudieron evitar hacer referencia al travieso comportamiento de su hijo menor: “Todos la pasamos increíble, especialmente Louis…” junto al emoji de un par de ojos. William y Kate firmaron el post con sus iniciales, lo que implica que fue escrito personalmente.
Tan sólo unos días antes, en el desfile 'Trooping the Colour' en honor al cumpleaños de la reina, Louis, vestido en el mismo traje marinero que su papá usó en 1985 cuando debutó en el mismo evento, se presentó ante el mundo como el más rebelde de los bisnietos de la monarca cuando hizo toda clase de gestos divertidos mientras pasaban los aviones de la Fuerza Aérea Real, e incluso intercambió algunas palabras con su famosa bisabuela, que parecía encantada con sus ocurrencias.