Son pocos los comentarios más allá de lo oficial que los duques de Cambridge dan al público. Sin embargo, en un afán por conectar más con la gente, de vez en cuando dan un vistazo a su vida familiar.
Así sucedió en su reciente visita a Gales, donde fueron recibidos por una multitud de locales en el exterior del mercado de Abergavenny, sitio que visitaron para conocer de cerca los negocios locales.
El príncipe, que cumplirá 40 años en junio, comentó a algunas de las personas que los esperaban esa helada mañana en Gales, “Kate tiene las manos más frías del mundo. Se dice que 'manos frías, corazón caliente'”.
Recientemente se ha percibido que los duques comparten un poco más de su vida privada con la gente, posiblemente en respuesta a una futura transición en la casa real británica. Se muestran más abiertos en público, como hace algunas semanas, cuando William pidió a sus anfitriones en un centro de ayuda social que “no le dieran más ideas a Kate”, cuando la duquesa cargó con emoción a un bebé que ahí se encontraba.
La biógrafa real Sarah Gristwood dijo a People, “Los tiempos cambiantes han requerido que Kate comparta un poco más. Lo ha hecho de forma suficientemente cuidadosa para que la gente se identifique con ella: nada que pueda causar controversia y nada que sea calificado de “demasiada información”.
Aunque el viaje de los duques fue exclusivamente laboral, seguramente aprovecharon para recordar viejos tiempos cuando, en 2011, vivieron en el país al este de Inglaterra de recién casados. La pareja rentó una casa de cuatro habitaciones en la isla de Anglesey y han dicho que es un lugar “sumamente especial” para ellos.