Se cierra el caso del príncipe Andrés y la familia real respira… por ahora

Aunque la polémica demanda al duque de York era una de las grandes preocupaciones de Isabel II, quedan un par de problemas que podrían dañar la reputación de los Windsor.
La familia de Isabel II parece empeñarse en que no disfrute su Jubileo de Platino.

El acuerdo anunciado este martes entre el príncipe Andrés y Virginia Giuffre, la estadounidense que lo acusó de agresión sexual, permite a la familia real "pasar página" y preservar la imagen de la monarquía, el año en que Isabel II celebra su Jubileo de Platino.

Según Penny Junor, experta en la familia real británica, ahora la monarquía podrá pasar página.

"Si Andrés deja de atraer la atención, si su nombre ya no aparece en los periódicos (...) creo que la familia puede pasar a otra cosa" y "todo el mundo puede seguir adelante", dijo a la AFP.

Andrés de York logro cerrar un acuerdo económico con la mujer que lo demandó por abuso sexual.

Para preservar la monarquía, Isabel II ya había tomado medidas, privando el mes pasado a Andrés, durante mucho tiempo presentado como su "hijo predilecto", de sus honores militares y todas sus funciones oficiales.

Desafortunadamente, en un crucial para reavivar el amor de la población hacia una familia real recientemente sacudida por varios escándalos, aún quedan un par de "amenazas" que librar.

La primera se reveló ayer, cuando se dio a conocer que la policía británica investiga a la fundación del príncipe Carlos por posible corrupción. Según reportes, un colaborador cercano al príncipe de Gales pudi haber facilitado una condecoración y la consiguiente ciudadanía británica a un millonario árabe a cambio de donaciones.

La Fundación del Príncipe está bajo investigación policial por corrupción.

El caso sigue su curso pero no se han dado más actualizaciones al respecto. Mientras tanto, el primogénito de Isabel II sigue su agenda de responsabilidades reales sin mayor disrupción, aunque seguramente la evolución de la investigación sea una nueva fuente de inquietud para los Windsor.

Por otro lado, se "cocina" la biografía del príncipe Harry, a publicarse a finales de año.

El diario sensacionalista The Mirror citó recientemente a amigos del príncipe según los cuales este libro "sacudirá a la monarquía".

Junor espera que "este año la atención se centre en la reina y sus logros, no en otros miembros de la familia". "Espero que Harry y Megan se mantengan callados en Estados Unidos y no hagan nada polémico o perturbador en este año de celebraciones para la reina", concluyó.

Meghan y Harry han sido la "piedra en el zapato" de Isabel II.

Y si de silencio hablamos, los duques de Sussex no hicieron ningún comentario al respecto del comunicado de la reina, quien expresó el pasado 6 de febrero su deseo de que Camila de Cornwall sea llamada reina consorte cuando Carlos tome el trono. Una señal no muy buena de que la tensión entre los Windsor y los Sussex sigue latente.