La temporada de fiestas es el momento ideal para sacar del clóset los abrigos y suéteres de lana –ugly Christmas sweaters incluidos– y llevarlos de evento en evento. No es diferente para los royals, que han aprovechado distintas ocasiones para lucir lo mejor de sus looks invernales. Y vaya que han sido diferentes, sobre todo en presupuesto.
Letizia de España apareció en la tradicional postal navideña de la familia real, acompañada de su esposo, el rey Felipe VI, y sus dos hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía.
El outfit de su elección para la foto fue una pieza de Mango en tono crudo con estampado en zig zag en tonos cafés, cuyo precio es de 80 euros (unos mil 800 pesos) y que aún se encuentra disponible en la página oficial de la marca –aunque seguramente no por mucho tiempo–. Aunque no puede apreciarse en la foto, dado que Letizia aparece justo detrás de su primogénita, se trata de un blazer, no de un abrigo largo.
No es novedad ver a la reina consorte usando piezas low cost. Al contrario, la ex periodista es fan de este tipo de marcas, que de alguna manera la acercan a lo que usa la gente todos los días. Y sus hijas siguen la misma línea. De hecho, en la postal navideña aparecen usando dos suéteres de precio accesible. La infanta Sofía, uno de la marca catalana Yerse, y la princesa Leonor, una prenda de la casa española Designers Society.
Por otro lado tenemos a Kate Middleton, quien apareció en el tráiler del concierto de Navidad en la Abadía de Westminster, que se transmitirá por la cadena ITV. La Duquesa de Cambridge promovió el evento mientras usaba un suéter que está lejos de ser low cost (y de ser ugly).
El suéter de cashmere es de la marca italiana Miu Miu. Tiene patrón de diamante, borlitas y diseño de rosas blancas.
Los botones son de madreperla, por lo que la esposa del príncipe William aprovechó para coordinarlos con aretes de perlas. El cuello tipo Peter Pan es de quita y pon.
Este cardigan se vende en Net-a-Porter y tiene un precio de mil 400 euros (32 mil 709 pesos), aunque en este momento está fuera de stock gracias al “efecto Kate” que hace que todo lo que la duquesa usa se agote en segundos.