La silenciosa pena por la que pasa la reina Isabel desde hace años

La reina ha visto morir a cinco de sus ponis de manera consecutiva, desde 2017 sin que hayan encontrado una cura para la misteriosa enfermedad.
Los caballos de la reina Isabel II son siempre ganadores.

En el verano de 2017, una misteriosa enfermedad cobró la vida de Friendly, una potra de dos años y su mamá Clunie de siete años, desde entonces, la reina Isabel II ha visto morir al menos cinco de sus amados ponis en la residencia de Balmoral. Sylvia Ormiston, la gerente de Balmoral confirmó a la revista British Horse Society que la Enfermedad de los pastos equinos (EGS) había provocado la muerte de estos ejemplares, en los años recientes.

Después de las dos primeras, se registró el deceso de Omar, quien tenía tan solo tres años y en la primavera de 2018 dos de los sementales más jóvenes Balmoral Lord y Balmoral Hercules también murieron por la misma razón, ante la delicada situación la finca decidió detener su programa de cría.

“Hay tanto que necesitamos saber. Ni siquiera sabemos realmente cuántos equinos murieron de EGS cada año, porque las pruebas no siempre ocurren. Aquí en Balmoral estamos preparados para ayudar en todo lo que podamos avanzar hacia una cura para esta terrible enfermedad”, dijo Sylvia al medio inglés.

Para contrarrestar las muertes, Balmoral está trabajando de cerca en colaboración con el Instituto de Investigación Moredun en Edimburgo para encontrar la cura. Con la intención de no detener definitivamente la actividad en Balmoral, la gerente rentó a Sunny of Runivrad un semental de 18 años para que la finca retome sus actividades.

“Estamos encantados con nuestro rebaño, y es un placer estar cerca. Poder caminar con seguridad entre ponis relajados con grupos de visitantes o miembros de la familia vale más que el dinero en sí. A menudo tengo comentarios que dicen lo educados que son los ponis, y cuando escucho esto, ¡sé que mi trabajo está bien hecho”, añadió Ormiston.

Isabel II llevó a su pony Highland en su finca de 25 mil hectáreas en Balmoral, en el verano de 2007, y es que los ponis de las colinas son ideales para recorrer las cañadas escocesas, donde se realiza el tradicional trabajo de agricultura de la finca, así como la silvicultura dedicada al cuidado y el cultivo de los bosques y el traslado de ciervos y urogallos.

“La reina está involucrada en cada decisión que tomamos. Tratamos de criar los rasgos que queremos, luego les damos educación y el manejo adecuados desde el primer momento. Los ponis se muestran para el placer de la reina y porque a ella le gusta participar”, añadió la gerente.

Durante más de 150 años el castillo de Balmoral ha sido utilizado por la familia real como refugio de verano, donde el aislamiento de las tierras altas les permite disfrutar de picnic, bailes y fiestas de tiro junto a sus amigos cercanos y líderes políticos. Este verano fue un poco distinto a los demás debido a que, por la pandemia del coronavirus solo algunos miembros de la realeza pudieron pasar algunos días junto a la reina y a su esposo, el duque de Edimburgo.