Esta no es la primera vez que
en confinamiento en el castillo de Windsor, en su adolescencia ya tuvo que estar recluida junto con su hermana, la princesa Margarita y Alathea Fitzalan Howard, quien se convirtió en su compañera de juegos, mientras ocurría la Segunda Guerra Mundial.
De acuerdo con un extracto del libro The Windsor Diaries -que se publicará el próximo otoño por la editorial británica Hodder & Stoughton- obtenido por el diario The Telegraph, la reina de entonces 15 años y su hermana de 9 años pasaron esos días junto a Alathea, hija del vizconde Fitzalan de Derwant. En uno de los escritos obtenidos del diario de Alathea cuenta sobre un día en el que ambas disfrutaron de un picnic, luego de ir a misa: “¡Bebimos cerveza de jengibre directamente de la botella!”.
También daban moscas de comer a un camaleón, que era parte de las mascotas de la familia real. De acuerdo con el diario británico Telegraph, las princesas recibían clases por separado, pero Alathea compartía con Isabel las lecciones de dibujo y de baile. En el diario también dice que ambas aprendían a cocinar y un día, ella hizo un pudding y la reina una galleta de mantequilla.
Cuando llegó la Navidad en 1941, hicieron una representación teatral en el castillo, ese año tocó el cuento de Cenicienta y Alathea interpretó a una de las hermanastras, mientras que
y su hermana, fue la protagonista.En el diario también relató el día que tuvo que irse del castillo, según el escrito Alathea tenía planeado irse un lunes, pero el silencio de la reina Isabel y que no la invitara a quedarse terminó con la anécdota. “Una no puede tenerlo todo”, escribió la joven de 17 años, cuando se separó de las princesas y de las personas que las acompañaban durante el confinamiento como: la institutriz escocesa Mountaudon-Smith y la francesa, Marion Crawford, a quien describe como muy divertida.
“Me entró el mismo sentimiento de soledad que tuve la última vez que volví de aquí, porque SOY MUY FELIZ CON TODOS ELLOS”, escribió Alathea cuando tuvo que irse a la casa de Windsor junto a su abuelo, al aparecer alguien menos divertido.
A pesar del inesperado desencuentro, al regreso de Alathea a Londres siguió siendo amiga de Isabel, de hecho, fue una de las invitadas a
. Su amistad siguió hasta 2001, cuando falleció.