En su última visita a Reino Unido todavía como royal,
sorprendió a todos con los looks que eligió para esta especie de despedida de sus labores dentro de la realeza. Aunque las elecciones de la exactriz fueron acertadas, eso no fue lo que más llamó la atención, sino lo costosas que resultaron las prendas.
En su viaje de cinco días, Meghan gastó 33 mil dólares en prendas que van desde Topshop, Givenchy hasta Victoria Beckham, una de sus marcas favoritas.
Todo esto para sus últimos compromisos reales, pero una de las preguntas que más se repiten es ¿Quién se hizo cargo de ese gasto? La respuesta: fue su suegro, el príncipe Carlos, a través del presupuesto que el ducado de Cornualles le da a los Sussex.
Contrario a Kate Middleton, la exactriz casi nunca repite look; desde su llegada de Canadá a Reino Unido, el jueves pasado, Meghan demostró su buen gusto y agregó ocho sellos británicos en sus apariciones, en las que acompañó a esposo Harry, en la cuenta regresiva hacia el 31 de marzo, fecha que se tiene prevista su salida oficial de la familia real.
Uno de sus looks más costosos fue el que usó el primer día a su regreso. Para esa ocasión, Markle eligió un conjunto con un costo superior a los 18 mil dólares para asistir a un almuerzo en The Goring y luego para visitar el Teatro Nacional. Esa misma noche volvió a deslumbrar con su outfit, un vestido de Victoria Beckham y un bolso nuevo de la diseñadora británica Stella McCartney.
En otro de sus últimos compromisos en solitario, la exactriz llevó prendas de tres diseñadoras en un mismo look. Además, esa elección logró hacer un working look impecable, en su vista a la Escuela Superior Robert Clack.
Para despedirse, Meghan utilizó un vestido con una capa, de la diseñadora Emilia Wickstead, a juego llevó un sombrero de red de William Chambers.