Aunque nació en Sonora, como su padre, la vida de Luis Donaldo Colosio Riojas está en Monterrey. Ahí conoció a su esposa, se graduó como abogado y nacieron sus hijos. Fue ahí también donde hace menos de dos años empezó su carrera en la política.

Lo entrevistamos en su oficina en el Congreso de Nuevo León, a donde llegó después de que varios partidos, grandes y pequeños, se le acercaron para convencerlo de entrarle al servicio público. Su primer oferta llegó cuando tenía 21 años. Le ofrecieron ser diputado federal plurinominal, de esos puestos en los que basta un simple “sí” para pertenecer a la élite política nacional. “Tenía un año o dos de haber iniciado la universidad. Me pareció una falta de respeto y algo muy irresponsable porque se trataba de un escuincle de 21 que no estaba listo para esto”, recuerda Colosio.
Movimiento Ciudadano fue el partido que lo convenció. La oferta incluía empezar desde abajo como diputado local y regresar el nombre Luis Donaldo Colosio a las boletas electorales, ésta vez como candidato por el distrito IV de Nuevo León. Ganó con casi el 35 % de los votos, barriendo a candidatos de partidos de tradición como Acción Nacional y el Revolucionario Institucional, el de su padre.
El proceso electoral que vivió, dice, le recordó el servicio público que hizo Colosio Murrieta hasta el último día de su vida. “El propósito más noble de todo esto es el servir y eso era algo que la gente percibía de mi papá y que se refleja en el arropo de la gente. Eso es algo que también aprendí a mi mamá”, dice Colosio.