Balta, el restaurate hecho barco que va de México al Mediterraneo

Un barco que surcaba azules mares y con carga de oro. El restaurante Balta no sólo comparte nombre con el navío, sino que le hace honor desde la arquitectura hasta el intercambio entre México y el Mediterráneo.

Hay que hipnotizarse con el horizonte, pues, como si fuera la cofa de un barco, ese lugar para el avistamiento, el restaurante se encuentra en el piso 12 del hotel Sofitel Mexico City Reforma con vista a la calzada más bella de la ciudad. Y hay que dejarse llevar por la chef Paula Muñoz, quien lleva el timón.

Desde su cocina abierta, a la vista de los comensales, salen platillos basados en la combinación de sabores locales con técnicas del Mediterráneo y viceversa. Ya sea de mar o tierra, la parrilla de leña hace lo suyo: un toque ahumado y espectáculo de llamas.

De ahí un pulpo a la parrilla acompañado de calamares crujientes sobre arúgula, hinojo, aceitunas y salsa romesco. O un costillar de cerdo confitado con una indescriptible reducción de chile morita, chermoula y ensalada de tomates rábanos y encurtidos. O arroz de pato, un extraordinario platillo dentro de una cacerola que, al ser abierta, desprende los vapores del ave cocida a punto sobre una cama de risotto.

Todo esto acompañado de una extraordinaria carta de vinos de la casa y mixología acorde al viaje. Navigant quizá sea el coctail insginia con su mezcla de Monkey 47, slow gin, lychee y Aloe que desde la vista recuerda aguas caribeñas.

Pero la especialidad del lugar podría ser Zotza Cocoa, una mezcla de Ancho Reyes, Mezcal de Maguey, cocoa, piloncillo y cinnamon que, sin duda, evoca a la tradición mexicana.

Por último se debe pedir algún de los postres que van desde un coulant de chocolate hasta una pavlova de lichi y frambuesa con crema de vainilla, merengue, compota de frutos rojos. Dicho de otro modo, en este barco hay que dejarse llevar