Gabriela Gómez, la mente y corazón detrás de Dos Mares, lo entendió desde el principio. Para proteger lo que amamos, primero tenemos que sentirlo.
Este ambicioso proyecto de conservación del Mar de Cortés y el Pacífico Sur no nació en una cumbre política ni en una oficina institucional. Nació desde una necesidad humana: conectar desde el corazón. “No me dedico a esto porque me paguen un cheque. Es una causa que me atraviesa desde lo más profundo. El mar es mi vitamina, mi medicina”, confiesa Gabriela con la claridad de quien habla desde un lugar genuino.