Es fundamental ser paciente, a todos nos gustaría que nuestros hijos comieran de todo sin reprochar, bienvenido a la realidad, eso pasa en contadas ocasiones. Muchas veces las texturas, los colores, los olores o sabores pueden ser muy novedosos para ellos, por lo que es importante darles un periodo de adaptación.
¡Sin distracciones!
El tiempo de la comida es un momento de pausa, no hace falta acompañarla con la televisión, el famosísimo Ipad o una canción para que coma. El niño debe saborear la comida, conocer las distintas texturas, disfrutar de su olor y de la compañía del resto de la familia. Las distracciones hacen que el niño deje de comer, ya que cambia su foco de atención.
