Mercado le dijo que no al principio, pero Soler no quitó el dedo del renglón. "Seguí haciendo mi luchita", comparte con una carcajada. Siempre salían en grupo hasta que ella aceptó ir a comer con él a solas. Fue entonces cuando le propuso otra vez que probaran tener algo más.
Paulina bromea y dice que su mamá le enseñó que "había que hacerse del rogar", aunque la realidad es que no quería poner su amistad en peligro, pero la convenció saber que Juan la conoce muy bien. "Sabe cómo pienso, cómo me enojo, me ha visto de cara lavada, botas y pants… no hay mentiras de nada", dice.

Su primera cita y el flechazo
Mercado confiesa que el hecho de que trabajen juntos la hizo dudar en aceptar tener una relación, también que ella hubiera terminado con su ex con poco tiempo de diferencia (en noviembre) y que él tampoco tenía mucho de haber cortado con su ex novia, quien vive en Argentina y con la que ya había tenido un romance en el pasado.
Pero con su primera cita todo cambió. Paulina descubrió que Juan tiene dotes de poeta, lo considera un hombre culto y curioso; también le fascina que lea y que sea detallista. Además, no pudo negar que es “espectacularmente guapo. Lo más bonito es su interior y me enloquece como es como papá".

Para Soler la atracción se dio porque ella lo motiva para ser la atracción se dio porque ella lo motiva para ser la mejor versión de sí mismo y porque coinciden en valores, su idea de lo que significa tener una familia y cómo cuidarla. "¡Además de que es muy linda!", agrega sonriendo, con su sexy acento argentino.
Soler y Paulina concuerdan en que llegaron a la relación con sus vidas hechas. Juan es papá, al lado Maki Moguilevsky —tenían 15 años de casados antes de terminar—, de Mía y Azul. Mercado es mamá de Emiliano, de 25 años, y Pedro de 23; los tuvo con Pablo Héctor Ojeda Cárdenas, ex secretario de Gobierno del Poder Judicial de Morelos.
