El empresario británico Bernie Ecclestone, ex presidente de la Fórmula 1, fue detenido esta semana en el aeropuerto de Sao Paulo después de que la policía brasileña encontrara una pistola en su equipaje, concretamente una Seecamp LWS 32. Se trata de un arma de pequeñas dimensiones, considerada de bolsillo, que no estaba registrada y que, por tanto, podría implicar a su dueño en un delito de posesión ilegal de armas.
El controvertido magnate reconoció que el arma era suya y que no la había registrado oficialmente, pero también aseguró que no sabía por qué se encontraba en su maleta en el momento de su arresto, cuando se disponía a embarcar en un avión privado con destino a Suiza. Tras ser aprehendido por las autoridades, Ecclestone abonó la correspondiente fianza, de algo más de 1.000 euros, para librarse de la custodia policial.
Por tanto, el millonario, de 91 años, se encuentra ya en Europa tras disfrutar de unas semanas muy relajantes -hasta su visita al aeropuerto- en esa finca que posee a las afueras de Sao Paulo.
Según el testimonio que dio a los agentes que le interrogaron, de acuerdo con la información que maneja el diario Daily Mail, Ecclestone compró la diminuta pero mortífera arma hace cinco años, a un mecánico que trabajaba precisamente en las carreras de Fórmula 1, y desde entonces la guardaba en su vivienda.