Kim Kardashian no ha tenido inconveniente en confesar que odia profundamente tener que posar con sus hijos, o con sus sobrinos más pequeños, en las numerosas sesiones de fotos en las que se embarca la familia Kardashian-Jenner para la promoción de sus contenidos televisivos, campañas de moda o portadas de revistas.
En entrevista con su amiga Ellen DeGeneres, la exmujer de Kanye West también reveló que el último trabajo conjunto de su familia para el último número de Vogue fue prácticamente dirigido por su hija mayor North, quien tomó decisiones tan relevantes para el resultado final como la elección de las prendas y el maquillaje.
"[North] me dijo: 'Voy a vestirlos a todos, ir de negro es muy aburrido'. Se metió en los armarios de todo el mundo y escogió toda la ropa. De verdad que cada vez que tengo que hacer una sesión de fotos con mis hijos, o con mis sobrinos, tengo el peor día del mundo. Siempre digo que no pienso volver a hacerlo, pero la verdad es que finalmente consigues fotos maravillosas", señaló en su charla con la presentadora.
La empresaria y diseñadora también reveló que en esas fotos toda la familia debería haberse presentado como un frente unido y lleno de afecto fraternal. Sin embargo, los niños empezaron a llorar desconsoladamente ante sus escasas ganas de posar en grupo y su famosa madre tuvo que usar sus habilidades para la diplomacia a fin de poner paz entre ellos.