Silvia Pinal por fin habló sobre la polémica que atraviesa su familia, luego de que Frida Sofía acusara a su abuelo Enrique Guzmán de haber abusado sexualmente de ella cuando era una niña.
La primera actriz afirmó que no cree en la versión de su nieta y aseguró que prefiere no “ensuciarse” con cosas falsas, y también mostró su total apoyo a su ex esposo.
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“Yo no he leído lo que dice Frida Sofía, no adrede. Porque no quiero ensuciarme con cosas falsas, porque seguramente son cosas falsas. Enrique tiene sus cosas, pero también vale. También por eso fue difícil terminar”, recordó sobre su matrimonio en entrevista con la periodista Mara Patricia Castañeda.
La matriarca de la dinastía Pinal expresó que tras las acusaciones de abuso sexual de Frida dejaron a su hija Alejandra Guzmán medio de la disputa y eso le parece injusto.
“Yo no estoy contenta con esto, estoy muy disgustada, se me hace muy injusto, porque Alejandra les da lo que no le ha dado su padre. Les da todo, incluso los colegios y ella no mira para ver cuál es el más barato. O sea Alejandra ha sido buena madre”.
Sobre la relación que Alejandra mantiene con su hija, dijo que la intenta aconsejar, y que con Frida no ha mantenido una relación directa desde hace mucho tiempo.
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“Le doy consejos, trato que sepa que la quiero, que me gusta lo que hace pero hasta ahí. No hablo mucho con Frida, ella está en Estados Unidos y a mí me encanta eso, ella sabe mucho al inglés. Me gusta que lo viva porque es una puerta muy importante para ella.
Aunque Silvia Pinal declaró que durante su matrimonio sufrió de violencia doméstica de parte de Enrique Guzman, dijo que aún le tiene cariño y que es una persona muy carismática dentro de su familia. “Todas lo queremos, es muy simpático y es muy apapachador. Tiene hijos y los quiere mucho”.
Sin embargo, dejó claro que jamás le pidió perdón y que sí le dejó secuelas psicológicas. “No pidió perdón, ni esperaba que pidiera perdón después de haber hecho todo eso que me daño mucho, física y psicológicamente. Es muy fuerte en esos momentos que no tienes con qué medirlo ni con qué salir adelante si no tienes pantalones bien puestos.