¿Qué detona la historia de Cuando nadie me ve?
Todos hemos tenido un momento así en mi vida en el que Santiago está totalmente renuente a que el amor existe. Empieza a tener una vida de excesos hasta que está en un tren en Madrid y ve unos ojos que le llaman la atención. Se le queda viendo y ella también lo ve. Hay una conexión especial y hay algo que se detona con sólo verla a los ojos. Entre la masa de gente se le acerca y empieza a hablarle. Aunque suene a mentira, esas cosas pasan en la vida real, y así se enamora Santiago y así cambia todo su destino.

¿Desde hace cuánto escribes?
Todo empezó cuando tenía 7 años, estaba en primer grado de primaria y empecé a escribir y a dibujar cómics. Le decía a mi mamá: 'Habla con el dueño del periódico para poner mis historias ahí los domingos'. Yo juraba que millones de niños iban a leer mis cómics y mis historias y nunca pasó. Pero me encantaba escribirlos y de ahí a los 19 escribí mi primer libro; a los 20 escribí el segundo, que nunca publiqué y nunca terminé de pulir, y me di cuenta de que era algo que me apasionaba.
Decidí aventarme hace cuatro años a escribir Cuando nadie me ve. Es algo que me gusta y no tiene nada que ver con el dinero ni la fama ni el reconocimiento.
¿Cómo fue el proceso de escritura?
Escribía cuando podía. Estaba grabando (la telenovela) Hijas de la luna y escribía entre escena y escena. De repente me llamaban: ‘Danilo, ya te toca grabar’ y yo: ‘No, espérenme cinco minutos, está buenísimo esto’. Después me subía a un avión y escribía. Mis días son bastante pesados, no tenía tiempo de escribir. Llegó la cuarentena, que pasé con Michelle , y ella me dijo: ‘Ponte a escribir y termina tu libro’. Y gracias a ella, que me tuvo así, me dediqué a escribir y llegué a tener 250 páginas en Word. Llego con la editorial y les digo: ‘Ya me falta el 40 por ciento del libro’. Me preguntaron que como de cuántas quería tener el libro y les dije: como de 300. ‘Ya llevas 500, una página en Word son dos en un libro’. A borrar todo otra vez. ¡Ha sido un proceso increíble!

¿En qué te pareces a Santiago?
Somos actores los dos, él sabe lo que le gusta, va por lo que quiere, no tiene pena, le gusta también la labor social al igual que a mí.
¿Para quién es Cuando nadie me ve?
Para una audiencia juvenil cien por ciento; estamos hablando de chavas de 14, 16 hasta 25 años, pero, lo que me sorprende es que muchas mujeres mayores lo están leyendo porque dicen: ‘Aunque tenga 45 quiero un Santiago en mi vida’. Está padrísimo y ha habido hombres que ya están empezando a comprar el libro y ahorita empieza lo más interesante: el de boca en boca.