En su humilde opinión, en la lista de los atuendos más desastrosos con los que se ha mostrado en público, sigue ocupando el lugar de honor el que se puso en 2005 para asistir al estreno de la película Harry Potter y el cáliz de fuego en Londres.

"Llevaba puestos unos pantalones de cuero con unas botas de cowboy y un saco de terciopelo rojo. Parecía literalmente un niño que había abierto una caja de disfraces y había elegido lo primero que encontró", confesó Robert Pattinson en una reciente entrevista para la edición británica de GQ .
Efectivamente, el intérprete -que entonces aún no se había hecho con el papel de Edward Cullen que le convertiría en una estrella y en un sex-symbol- escogió aquella noche unos cuestionables pantalones de talle bajo que consideró oportuno combinar con una camisa blanca abierta casi hasta la altura del ombligo.