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OPINIÓN: La visión de Paola Rojas y Yuriria Sierra del movimiento #MeToo México

Dos de las mujeres más reconocidas en el mundo periodístico nacional han contado a Quién su postura sobre este movimiento tan lleno de matices.
jue 04 abril 2019 04:12 PM
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Paola Rojas no ha cambiado mucho físicamente en los últimos 10 años.

La intención era buena, sin embargo el movimiento #MeToo en México se ha salido de las manos y ha cobrado ya una vida, la del músico Armando Vega Gil del grupo Botellita de Jerez que se suicidó ante una denuncia en su contra. Días más tarde la cuenta en Twitter de #MetooMúsicosMexicanos cerró para evitar una mayor tragedia.
Ahora Paola Rojas y Yuriria Sierra nos brindan su opinión sobre #MeToo México, lo bueno, lo malo y las diferentes repercusiones de un movimiento cuyo único pescado fue alzar la voz.

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YURIRA SIERRA
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Yuriria Sierra
Terrible la noticia del suicidio de Armando Vega Gil. Como terrible el de Julissa Jacqueline que terminó con su vida tras la exhibición de sus fotos desnuda en redes sociales. Pero él era una celebridad; ella no. Ni las demás mujeres con sus intentos de suicidio tras la agresión de tantos hombres.
Terrible la posibilidad de los varios hombres que pudieran haber sido difamados en redes sociales. Tan terrible como las miles de mujeres que son acosadas, amenazadas, violentadas y asesinadas, no en las redes, si no en la vida real de toda la República Mexicana y que ni siquiera alcanzan a mencionar el nombre de su agresor.
Terrible el anonimato -por miedo y desconfianza a las autoridades- al que se vieron orilladas casi todas estas mujeres para exponer los casos de acoso que han sufrido en el mundo editorial, académico, periodístico, cinematográfico, musical. Terrible el anonimato de otras para buscar venganzas personales o linchamientos. Como terrible el anonimato y las sombras desde las que centenares de hombres han abusado, amenazado, amedrentado y humillado a miles de mujeres mexicanas (en esos y todos los demás sectores laborales).
Terrible que cuatro hombres perdieran su empleo tras las denuncias del #MeToo. Tan terrible como los miles de mujeres que callaron antes del #MeToo para no perder su empleo.
Terrible que un hombre mexicano se haya quitado la vida tras una denuncia anónima del #MeToo. Terrible que a nueve mujeres mexicanas alguien más les quite la vida diariamente. Y permanezcan anónimas, casi siempre (porque a nadie le importan). Antes, durante y después del #MeToo.
A él, dicen, un tuit le arrancó la vida. A ellas, a veces unos puños, un palo, una bolsa, una soga, una pistola…
Ellos ya tienen un mártir. Ellas tienen 26,267.
Terrible. Sobre todo, el hecho de que no sepamos poner los acontecimientos, cifras, datos, debates y aristas en perspectiva. Terrible. Aterrador.

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Paola Rojas no ha cambiado mucho físicamente en los últimos 10 años.

Paola Rojas
La reciente irrupción del #MeTooPeriodistasMexicanos en voz de trabajadoras de los medios y periodistas, nos obliga a repensar y ser críticas ante las condiciones en las que laboramos quienes formamos parte de la Red de Periodistas de a Pie, organización dedicada a la profesionalización de los periodistas, la defensa de la libertad de expresión y el periodismo independiente.
El machismo y las posiciones de poder al interior de las redacciones no son un contexto que desconozcamos quienes llevamos años siendo periodistas. La desigualdad salarial entre hombres y mujeres, los abusos de poder de las jefaturas, el acoso y otras agresiones sexuales más graves de nuestros propios compañeros de redacción, las cargas de trabajo, la falta de prestaciones y condiciones para que las trabajadoras no interrumpan la crianza por volver al empleo, son algunas de las más visibles violencias que conocemos.
Al abrirse la caja de pandora no se sabe cuánto saldrá. Estábamos conscientes de que este momento llegaría, que se denunciarían malas prácticas, violencias normalizadas y hasta crímenes en los medios de comunicación mexicanos, pero no habíamos imaginado la dimensión de las repercusiones y menos el rumbo de a dónde quisiéramos llevar el ejercicio de denuncia y reflexión.
Se denunciaron hechos concretos de acoso laboral y hostigamiento sexual, intentos de violación, y graves acciones por parte de periodistas hacia mujeres en distintos contextos. Por lo menos tres colaboradores de esta organización fueron señalados por actos que atentaron contra la dignidad y el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.
Desaprobamos tales conductas y consideramos que emerge una responsabilidad enorme que como organización habíamos evadido: generar canales y procedimientos internos de denuncia en los que prevalezca la sensibilidad, veracidad y la justicia en caso de conductas que comprometan nuestro quehacer periodístico y el sentido de la Red de Periodistas de a Pie.
Desaprobamos tales conductas y consideramos que emerge una responsabilidad enorme que como organización habíamos evadido: generar canales y procedimientos internos de denuncia en los que prevalezca la sensibilidad, veracidad y la justicia en caso de conductas que comprometan nuestro quehacer periodístico y el sentido de la Red de Periodistas de a Pie.
Es un hecho que estos movimientos sociales cobran fuerza y aglutinan cada vez mas voces, dado que existe una necesidad de escucha y de búsqueda de justicia que lleva a muchas mujeres a romper el silencio en temas a los que no habíamos llegado del todo como periodistas y que todavía no sabemos exactamente cómo hacerlo: hablar de nosotros, del gremio, de nuestras carencias, de la falta de códigos de ética, de las malas prácticas, de la revictimización ejercida desde el periodismo; quienes integramos esta Red hemos estado en reflexión desde hace tiempo y ahora el contexto, nos convoca a volver a poner el dedo sobre el renglón.
Asumimos el compromiso de profundizar en el tema, de propiciar la reflexión de nuestras condiciones laborales desiguales entre nosotras y nosotros, de establecer códigos, acuerdos y procedimientos internos.
En el caso de denuncias de agresiones sexuales o de otra índole que involucren a nuestros colaboradores y cercanos, sobre el respaldo a las mujeres que fueron y que han sido víctimas, nos toca creer en sus testimonios y difundirlos, como lo hacemos en nuestra labor cotidiana como periodistas.
En nuestro caso el objetivo es más que señalar personas o casos particulares, visibilizar la violencia machista que prevalece y se ha minimizado desde dentro del gremio del que formamos parte.
El autocuidado, el cuidado colectivo y el fomento de la ética son recomendaciones básicas que como Red hemos transmitido a otros periodistas que laboran en contextos adversos en busca de disminuir sus riesgos; la mirada integral a las afectaciones e impactos de la violencia en los periodistas mexicanos es otro de los ejes de trabajo de la Red de Periodistas de Pie desde la promoción y defensa de la Libertad de Expresión.
Por ello hoy nos toca seguir escuchando, ser empáticas con estas denuncias y hacer aportes que fomenten la libertad de expresión y la dignidad de la labor a las y los periodistas.
Nos comprometemos a diseñar un protocolo de actuación para casos de acoso y hostigamiento sexual. En la Red vamos a entrar en proceso de reflexión y reconocimiento de nuestras violencias para que desde un trabajo personal y grupal, comencemos a cambiar esta situación hasta extinguir los ejercicios de poder que han lastimado a quienes dan sentido a esta agrupación.
Consejo Directivo de la Red de Periodistas de A Pie: Celia Guerrero, Jade Ramírez, Daniela Rea, Ángeles Mariscal, Mónica González, Daniela Pastrana, Teresa Juárez, Alberto Nájar, Ernesto Aroche.

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