No necesariamente tiene que gustarte el golf, solamente las buenas historias. Stick: el swing perfecto, protagonizada y producida por Owen Wilson, sigue la historia de Pryce Cahill, un ex golfista profesional cuya carrera se descarriló prematuramente hace 20 años. Con una vida que no lo satisfacía y una sensación de fracaso, su vida cambia cuando aparece Santi, un joven de 17 años fenómeno del golf a quien decide entrenar para convertirlo en la próxima estrella.
Mariana Treviño da vida a Elena, mamá de Santi, quien con sus propios problemas se enfrenta a esta nueva y gran aventura junto a su hijo, lo que resulta en una historia de familia, resiliencia y aprendizajes. Platicamos con Mariana sobre este nuevo proyecto, los temas profundos que atraviesan la serie y lo que significa encarnar a un personaje que sostiene tanto, en todos los sentidos.
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Para Mariana Treviño, Stick no solo representa un nuevo proyecto profesional, sino también un cruce de fronteras en muchos sentidos. “De entrada, está la frontera física: trasladar tu vida a otro país durante varios meses, adaptarte, echar un poco de raíz para poder concentrarte y hacer tu trabajo”, nos cuenta. Esta fue su primera experiencia trabajando en una producción completamente en inglés por un periodo largo. “Había hecho algo similar con Un vecino gruñón, pero fue mucho menos tiempo y el ritmo de una película es distinto. Aquí todo era más rápido, más exigente. Tenías que adaptarte constantemente”, explica.
El tono de Stick es similar al de la serie de Ted Lasso, no trata sobre el deporte en sí, sino en las vidas de los personajes y cómo se desenvuelven en el entorno: Ni tan comedia ni tan drama, y ese tono híbrido fue lo que más disfrutó Mariana. “Me encanta que esté en ese punto medio, donde también está la vida. No es solo comedia ni solo drama. Es muy real”, dice. Y ese realismo no viene solo de los diálogos o la historia, sino de las situaciones humanas que se retratan: “La vida ya es así. Tiene una comedia involuntaria cuando juntamos a personas que no se conocen, que vienen de mundos distintos y tienen que convivir. Eso siempre genera incomodidad... y también mucha risa”.
Resiliencia, movimiento y fronteras: Así Mariana Treviño en Stick(Cortesía )
En cuanto a los sentimientos que le gustaría despertar en el público con este nuevo proyecto, Mariana dice que Stick también es una historia sobre movimiento, valentía y transformación. “Pienso que es una serie que apuesta mucho a reflexionar sobre la intimidad del reconocimiento, de los otros y de uno mismo (...) En esta serie, cada personaje está en un punto de crisis, detenido por alguna pérdida, dolor o miedo. A veces el dolor te inmoviliza, no sabes hacia dónde moverte y sientes que los caminos se cierran. Pero el movimiento te regresa a la vida. La vida es eso: cambio constante”.
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Además, la actriz pretende que el público se quede con la intención de atreverse. “You have to take a chance. Salir de tu zona de confort, aunque no sepas cómo te va a ir. Solo caminando esos caminos descubres cosas de ti mismo: talentos que no sabías que tenías, vínculos que no imaginabas, una nueva versión de ti”.
Y sobre su camino como actriz, Mariana reconoce que lo suyo no es planear demasiado. “No proyecto mucho los personajes que me gustaría hacer porque la vida siempre me ha sorprendido. Me llegan papeles que nunca imaginé, como Lupita, o ahora Elena. Stick llegó de forma mágica, justo cuando estaba terminando Mentiras, y de pronto ya estaba tomando un avión. Me encanta ese elemento sorpresa que tiene esta carrera. Siempre estoy abierta a que aparezca el personaje que necesita que yo le preste mi voz”.
Mariana Treviño y sus co-stars de Stick(Cortesía )
Stick no solo marca un nuevo capítulo en la carrera de Mariana Treviño, también es una historia que invita a mirar hacia adentro, a cruzar fronteras (geográficas, emocionales, personales) y a reconectar con la fuerza que nace del cambio. Con sensibilidad y humor, Mariana le da vida a Elena, una mujer en tránsito que, como muchos de nosotros, está aprendiendo a moverse incluso cuando el camino no está claro porque, como ella misma dice, la vida es eso: animarse a avanzar sin saber exactamente a dónde, pero sabiendo que ahí, en el movimiento, está siempre la posibilidad de empezar de nuevo.