Arte para todos: Salón ACME llega a la edición número 11

¿Cómo te sientes de empezar esta onceava edición como directora de Salón ACME?

La verdad es un súper honor ser la directora de un proyecto en el que creo muchísimo y le tengo toda confianza en su razón de ser, en su equipo, en sus fundadores. Estoy muy entusiasmada. ¡Ah, no me la creo!.

Es un proyecto que me llama la atención, hay cierta responsabilidad de estar viendo, fomentando nuevas generaciones; cuidando que el ecosistema del mercado y de los trabajadores de la cultura y del arte tenga salidas y se puedan ver nuevas voces. Es un lugar para descubrir, para fomentar un futuro, que se separa mucho de los formatos que conocemos, incluso como el espacio en Proyectos Públicos que no es un cubo blanco, no es una galería. Entonces no sólo estamos fomentando la carrera de artistas jóvenes, sino también de curadores emergentes, coleccionistas y público.

La parte de crear este momento de disfrute y de goce, de que hay comida rica, de música, y que puedes compartir esto con tus amigos, con tu familia, es para mí importantísimo. Yo creo que el arte es todo el sistema y el trabajo del arte es mucho hospitalidad.

¿Cuál va a ser el sello distintivo que tú quieres otorgarle en esta nueva edición? ¿Qué querías hacer diferente?

Es de cuidado a todos los procesos, tanto de los visitantes, del público, como del equipo; que se sientan fluidos, que sea una experiencia que también la disfrutemos y la gocemos. Para mí, eso es importante.

También busco entender y respetar mucho la visión original del equipo, no llegar con muchas ganas de “vamos a cambiar todo y lo vamos a hacer a mi manera”, para nada. Yo creo que un buen liderazgo es estar al servicio del equipo. Entonces, es llegar con humildad, con tacto, con sensibilidad y el cuidado donde sí sabíamos que había un reto tenía que ver con que el acceso del público para que se sintiera más amigable.

Por otro lado, la parte de comunicación del proyecto, para mí, es importantísima. Mucha gente sigue creyendo que Salón ACME es una feria de arte, pero en realidad no lo es. Sucede durante la semana del arte donde hay ferias, y es una plataforma muy única, pero somos un evento integral, nuestro programa VIP no existe porque queremos que regrese el público a través de los días que está abierto y que sepan que el arte, sobre todo, puede ser accesible, puede ser divertido. El arte no necesariamente tiene que ser súper intelectual o caro o difícil de entender, sino todo lo contrario. Buscamos que el público se acerque a preguntar sin pena, a crear ese entorno donde se relajen y disfruten el arte.

Y, ¿cómo eligen a estos artistas? ¿En qué se basan para decidir abrirles las puertas especialmente en esta edición?

Nosotros no elegimos a los artistas realmente, fuera de ‘Patio’ donde sí hacemos una comisión en el Espacio Escultórico. Elegimos a los curadores y esos curadores cambian cada año.

El Consejo curatorial de la convocatoria es el que se encarga de evaluar y dar como “calificación” o “puntaje” a los artistas que ellos creen que son los más interesantes. Yo no diría “mejor” o “peor” porque el arte creo que es más complejo que eso. Así hay algo de que te guste, que te llama la atención, pero que te cause curiosidad, que quieras saber más, que te guste ver, que te provoque algo, o incluso positivo o negativo, como una reacción fuerte.

¿Y qué es ‘eso’ que el Consejo Curatorial de Salón ACME busca actualmente tanto en los artistas como en las obras?

Hoy, en el año 2024, con toda la situación que tenemos a nivel global, los curadores buscan cuáles son las temáticas o preocupaciones que los artistas están presentando. En esta edición tenemos temas que tienen que ver con la inteligencia artificial, con las fronteras, con la identidad nacional, con la violencia, con las corporalidades o el cuerpo todavía después de la pandemia. Y buscamos eso: artistas que sepan cómo comunicar su trabajo, cómo documentarlo, cómo realmente hacer una aplicación completa, de dónde son, qué edad tienen, cómo se identifican a nivel de género, porque eso también son temas importantes.
Dentro de Salón ACME se encuentran el Estado Invitado, el cual ahora es Nuevo León, ¿por qué se eligió este estado y por qué invitar otros estados?

Salón ACME, desde su primera edición, siempre tuvo el Estado invitado como parte de sus secciones. El cual, es una manera de descentralizar un poco el ojo desde la capital del país, México, y que todos sentimos como la ciudad lleva el mismo nombre del país. De pronto somos un poquito muy ensimismados en el sentido de que pues creemos que todo se hace aquí.

Desde el primer año hemos llevado a cabo esta iniciativa donde ha participado Jalisco, Michoacán, Yucatán, y en esta ocasión, Nuevo León. Como sabemos, es una capital importante con mucha identidad como una capital y de una zona industrial financiera, que tiene contacto con la frontera y con una gastronomía, forma de hablar, paisaje y música particular.

Entonces quisimos acercar también esas virtudes: la gastronomía y la música, para integrarlas también este año al salón. Eso creo que también es algo que yo puse, que yo empujé, pero sí,fue como ofrecí esta idea de “Oigan, pues hay que sacar el estado de un una sala expositiva y pues probarla y escucharla”.

¿Cuáles son los retos que presenta esta onceava edición además de los que ya mencionas?

Un reto que también es una gran oportunidad es que hay mucha oferta esta semana. El reto es realmente captar la atención del público, pedirles que tomen su tiempo, que se relajen, que sean generosos y que se queden acá un rato para ver y en verdad entender lo que estamos presentando porque sí es un esfuerzo de todo un año.

Esperemos que la gente salga del salón ACME once con unos aprendizajes, con emoción, con ganas de saber más de arte, con ganas de comprar, con ganas de visitar las galerías y los museos que están operando todo el tiempo. Y eso. Quitarnos el temor al arte porque a veces creo que hay muchas dudas. Entonces todas esas cosas, como decir, “no te preocupes”, no hay una respuesta correcta o incorrecta, pero que no te dé miedo preguntar. Para eso estamos: para contestar y para ayudar a que la gente se acerque y que haga su propio criterio.