Un libro sobre mezcal, entre el pretexto y el propósito

Para tomar esa distancia, asegura que lo primero que hicieron fue reconocer que “el ego puede ser cabrón y que el ego le interesa al ególatra no al que lo lee”. De esa manera decidieron que no hubiera fotos de la botella y que se hablara de Mezcal Unión hasta pasados los tres primeros capítulos que integran la publicación: “la marca habla de manera colectiva y desde su filosofía”, asegura.

En las conversaciones de las distintas etapas del proceso de creación de este libro, siempre hubo mezcales de por medio. La propuesta llegó de la mano de Óscar Benassini, editor de la revista La Tempestad y miembro del consejo curatorial de Salón Acme y de Diego Rabasa, editor fundador del sello Sexto Piso.

Originalmente los procesos comenzaron a activarse desde afuera. Pero para Toño era indispensable que la casa se involucrara en la realización. “Este nivel de pasión no está afuera. No puedes pagar por la pasión”. Y en sus palabras es justo la pasión el elemento que emparenta la forma de hacer un mezcal y de hacer un libro.

Asegura que nunca imaginaron tener un libro de estas características. Bromea diciendo que fue necesario hacer un libro para volver a su ciudad natal Guadalajara y poderlo presentar en la FIL. Fue entonces que apareció una de las razones por las que hace los proyectos: el pretexto.

Vilches aclara que, junto al pretexto, debe estar presente el propósito. De lo contrario, sentencia, solo es pura vanidad. “El propósito es lo que le da la trascendencia a lo que quieres vivir. La vigencia del pretexto puede ser bien corta”.

Para este empresario y desarrollador creativo el resultado plasmado en el libro se aleja también del terreno de la aspiración y se coloca en otro que se vive a “nivel de piso”. “si este libro deja la inspiración en alguien de decir yo también me voy a rifar por algo”.