Como cualquier padre, el príncipe Harry no puede evitar sentir cierta inquietud e incluso "miedo" al pensar en lo que el futuro deparará a sus dos hijos, Archie y Lilibet Diana, fruto de su matrimonio con la ex actriz Meghan Markle.
Más allá de la incertidumbre sobre el camino vital que seguirán sus hijos, al duque de Sussex le preocupa especialmente el impacto que tendrá en ellos la parte más tóxica de la cultura de las redes sociales, que implica una sobreexposición de los más pequeños y la creación de contenidos, no necesariamente positivos, que han sido diseñados directamente para ellos.
A través de una intervención por videoconferencia, el nieto de Isabel II participó en una conferencia ligada al lanzamiento de una herramienta online, dirigida a aquellos padres que necesitan estar al tanto del uso que sus hijos le dan a los diversos y numerosos recursos de internet.
En su breve discurso, Harry pidió a los gigantes de la red que sean responsables y cuidadosos a la hora de atraer a los más pequeños a ese particular universo.
"Muchos de estos sistemas han sido concebidos para que los niños se enganchen durante años, sin importar cómo ese tiempo que están en línea afecta a su seguridad o a su confianza en sí mismos", señaló, antes de hacer de su discurso uno completamente personal.
"Mis niños todavía están en una edad de inocencia y siento que puedo protegerlos, pero estamos aprendiendo que no es tan fácil. Nadie quiere que sus niños estén sometidos al abuso o al sufrimiento, o simplemente que se les trate como experimentos digitales con los que ganar dinero", apuntó.