Horas más tarde, en uno baño del Palacio de Buckingham ante una Diana triste y nerviosa por una discusión previa con su prometido el príncipe de Gales, Kelly pronunciaría, a manera de consejo, las proféticas palabras que sellarían el destino de Lady Di: "No te preocupes. ¡Se pondrá mucho peor!". Así Carlos fue el culpable de que su novia no disfrutara de su encuentro con Grace.

De acuerdo con Anthony Holden, autor de la biografía titulada Charles, así fue el desecuentro de la recién comprometida pareja: "El príncipe protestó declarando que su escote no era adecuado para un miembro de la familia real. Negro, el color que Diana pensó que era el más elegante que podía vestir, era sinónimo de luto para Carlos".
Otra vez Carlos
Diana no volvería a ver a Grace, porque al año siguiente la princesa consorte de Mónaco murió. Su segundo acercamiento con los Grimaldi la llevó a conocer a la también radiante princesa Carolina y, aunque Lady Di se veía espectacular en la cena en la que departieron en el castillo de Chambord —en noviembre de 1988—, hubo tensión.