En imágenes del momento en el que suben al avión en Sidney rumbo a Wellington se ve al príncipe dar el paso a su esposa embarazada y caminar tras ella aparentemente tocando su trasero.
Este gesto ha llamado la atención de la prensa internacional, rompe aquella norma protocolaria que prohíbe las muestras de afecto de la pareja.
A su llegada a Nueva Zelanda, la última parada de su gira, Harry transmitió el saludo de su “pequeño bulto" (como llamó cariñosamente a su bebé) a los trabajadores forestales neozelandeses.
La llegada de la pareja real al parque nacional Abel Tasman estuvo ambientada con el sonido de una caracola y el tradicional saludo maorí.