A una semana
Natasha, íntima amiga de el káiser de la moda, trabajó más de un año para la firma francesa
periodo en el que logró crear un estrecho vínculo con él. Fue así como Natasha se enteró de la enfermedad que Lagerfeld llevaba combatiendo en secreto desde hace un tiempo.El diseñador falleció el 19 de febrero de este año en el Hospital Americano de Nueuilly-sur-Seine de París, a donde ingresó a urgencias una noche antes. "La muerte de Karl Lagerfeld me ha partido en dos. Mi lado racional se alivia porque ya no tiene dolor, Karl tuvo cáncer de páncreas, pero mi lado emocional no puede soportar la idea de que nunca volveremos a hablar”, expresó en el documento publicado por el periódico británico Daily Mail.
La escritora detalló en la carta que Karl tenía un cariño muy especial por la mujeres británicas como con Lily Allen o Cara Delevingne, con quienes tuvo una gran relación. “A menudo se refería a la espontaneidad británica, al ingenio y la originalidad. 'La moda tiene que ser divertida', decía”.
Entre otras cosas, Natasha explica en la carta que Lagerfeld era un hombre muy trabajador, constante y perfeccionista, aunque podía llegar a ser flexible con las trabajadoras del taller. En una ocasión, en verano, cuando hacía tanto calor en la oficina, las dejó ir en traje de baño para que estuvieran frescas. A pesar de su bondad y buena disposición, también tenía un lado exigente y un fuerte temperamento, como ejemplo, Natasha narró la historia de cuando Lagerfeld se molestó sobremanera al enterarse de que la modelo Claudia Schiffer no había asistido a uno de sus espectáculos de Alta Costura de París.
Como el diseñador lo deseó, el viernes pasado se llevó a cabo una discreta ceremonia de incineración en Mont-Valerien, Nanterre, sitio
. El acto fue breve e íntimo, pero no por eso dejaron de asistir celebridades de gran peso como Anna Wintour, Inés de la Fressange, una de sus musas, y , junto a sus hijos Andrea y Carlota Casiraghi. Y, como era de esperarse, todas vestidas de Chanel.