Definitivamente la Duquesa de Cambridge ha tenido un par de semanas bastante difíciles. Aunque
Después del aterrizaje del jet privado en el que viajaba con su esposo, el príncipe William, un fuerte viento la tomó por sorpresa y provocó que su vestido se elevara, y estuvo a punto de dejar al descubierto la ropa interior de la Duquesa. Por suerte, como toda una profesional, evitó problemas más graves sosteniendo el vestido con sus manos y cambiando su outfit antes de partir, unas horas después, de vuelta a Inglaterra.
Este fue el fin de un viaje de nueve días en el que la pareja visitó Malasia, Singapur, Borneo y las Islas Solomón para conmemorar el aniversario del reinado de Isabel II, en el que
y se vieron sonrientes y relajados.