Lo que empezó como un archivo casero de recetas terminó convirtiéndose en Mesa Sana, una de las comunidades de cocina más queridas, que este 2025 celebra cinco años.
Mesa Sana, el fenómeno que sigue creciendo cinco años después
La historia de Mesa Sana
Andrea estaba en Acapulco en plena pandemia, con hijos en casa y una necesidad urgente de organización. “Decidí cocinar una semana entera, tomar todas las fotos y escribir el paso a paso para que ya no tuviera que preocuparme de nada”, nos cuenta. Cada receta incluía desde cómo picar hasta cómo servir porque para ella la presentación siempre fue parte del ritual.
Al mismo tiempo, Pamela vivía en San Francisco y estudiaba nutrición holística. Quería compartir lo que aprendía, pero sin exponerse demasiado. “Me daba muchísima pena salir en redes, entonces dije: las recetas son una manera fácil de compartir”. Sin plan maestro, ambas estaban construyendo el mismo proyecto desde distintos puntos del mapa.
Un recetario en Instagram antes de que eso existiera
Mesa Sana empezó con fotos, textos claros y pasos simples. Nada de reels, nada de videos. “Era como tener un recetario de consulta en Instagram”, nos explican. Ese formato fue clave: recetas resumidas, entendibles y sin complicaciones. “La gente veía que eran solo tres pasos y se animaban a hacerlas”.
El crecimiento fue tan orgánico que hasta sorprendía. “Le dije a Andrea: esto no es normal, algo estamos haciendo bien porque a la gente sí le está gustando”, agrega Pamela.
Dos hermanas, una chef y una nutrióloga
Durante mucho tiempo, nadie sabía quién estaba detrás de la cuenta. Hasta que llegaron los lives, las clases y las marcas interesadas. Ahí salió a la luz lo que terminó de conectar, eran hermanas, mamás, con cocinas reales y vidas caóticas.
“La gente veía que no tenía que ser perfecto, ni tener la cocina ideal o los gadgets más caros”, nos dice Andrea. “Con lo que tienes, lo puedes lograr”. Esa cercanía hizo que Mesa Sana se sintiera alcanzable, no aspiracional.
Uno de los grandes mitos que rompieron fue el de la comida saludable como algo restrictivo. “Lo sano es rico”, nos dice Pamela sin más rollo. “Dentro de lo sano cabe el balance, cabe un postre, cabe disfrutar”. Andrea complementa: “No tienes que freír todo ni llenarlo de cremas para que sepa bien. Una ensalada bien hecha puede ser espectacular”. Aquí la comida sana no se vive como dieta, sino como estilo de vida realista.
El platillo que se volvió leyenda
Si hay una receta que marcó un antes y un después fue el aguachile de filete. “No se hizo viral en redes, se hizo viral entre la gente”, nos cuentan. “Ibas a una casa y ahí estaba el aguachile de Mesa Sana”. Rápido, fácil, delicioso y sin complicaciones, la definición perfecta del proyecto.
Del contenido a la empresa
El gran punto de quiebre llegó cuando decidieron dejar de depender solo de colaboraciones y crear productos propios. Ahí Mesa Sana dejó de ser solo una cuenta para convertirse en empresa.
El libro físico fue tema de debate. Pamela apostaba por lo digital, Andrea insistía en el papel. “Todo lo digital se pierde, lo físico trasciende”, agrega Andrea. “Un libro se queda, se hereda”. Y tuvo razón. El libro funcionó porque la comunidad ya estaba construida. “Primero haces la marca, luego sacas el producto”, nos explica Pamela.
La membresía: el verdadero corazón de Mesa Sana
Aunque los libros brillan, el motor del proyecto es la membresía. “Nuestro objetivo es solucionarte la vida”, nos dicen sin vueltas. Menús mensuales armados, listas de súper, recetas prácticas, clases de cocina y una enorme biblioteca de contenido de salud y bienestar.
“Ese es nuestro trabajo de todos los días, aunque mucha gente no lo sepa”, aclaran. Un sistema pensado para que cocinar deje de ser una carga mental.
Cinco años después, mirar lo construido
Cumplir cinco años se siente fuerte. “A veces nos falta pausar y ver todo lo que hemos construido”, nos confiesa Pamela. Si pudieran hablar con sus versiones del primer año, el mensaje sería claro: “No tiren la toalla. Va a valer la pena”.
(Anylú Hinojosa-Peña)
Andrea lo resume así: “No son solo recetitas grabadas en su casa. Están construyendo algo con impacto real”.
Más que recetas, momentos en familia
Mesa Sana no solo cambió la forma de cocinar, también transformó dinámicas familiares. “Hay gente que nos dice que gracias a nosotras sus hijos ya quieren regresar a comer a casa”, cuentan. Y eso, más allá de likes o ventas, es el verdadero logro.
Si Mesa Sana fuera un mood…
“Fresco, práctico, easy going, con mucha luz”. Así lo describen ellas. Y si algo queda claro después de escuchar su historia es que estos cinco años no son meta, son punto de partida.