Si te salió el niño en la rebanada de la rosca, te toca preservar una de las costumbres gastronómicas más importantes del país y una de las primeras comidas especiales del año; los infalibles y variados tamales mexicanos del 2 de febrero.
La variedad es enorme; los hay desde salados hasta dulces, pasando por los vegetarianos y los exóticos, y si hablamos de lo mejor para acompañarlos, la variedad incluye chocolate caliente, atoles, aguas frescas y hasta vinos. Sí, aunque suene raro.
“Los verdes y de rajas se llevan bien con las uvas blancas como sauvignon blanc y chardonnay, además de los vinos rosados”, nos cuenta Gina Estrada, quien tiene una larga trayectoria en el ambiente vitivinícola nacional e internacional.
La sommelier y embajadora nacional de vinos El Cielo, de Valle de Guadalupe, recomienda el vino rosado por ser una bebida “comodín” a la hora de acompañar a los alimentos mexicanos, a menos, dice, que se trate de platillos fuertes como el mole.
Para los tamales poblanos o oaxaqueños (hechos a base de mole) lo mejor es un cabernet sauvignon o un syrah, aunque también quedan bien con los blend o mezclas de merlot y cabernet, e incluso malbec.
Tempranillo y merlot son los ideales para los tamales rojos, pero para los dulces como los de guayaba y piña, no hay como los espumosos e incluso la champaña. “Mucha gente se asusta cuando les hacemos esta recomendación, pero puede ser uno demi sec, es decir, con mayor concentración de azúcar”. (Este tipo de champaña es también la más recomendada para postres).
Para los exóticos o menos comunes, como los de nopales, que se caracterizan por tener un poco más de acidez que los más convencionales, se recomienda maridarlos con sauvignon blanc. La idea, dice Gina, es hacer un match de los aromas del vino con los sabores e ingredientes del tamal, y resaltar así el sabor de ambos.
En cuanto a las botellas de la casa vinícola de Baja California, Gina recomienda Perseus, con uvas nebbiolo y sangiovese, Zeus (de zinfandel), y Sirius, de nebbiolo y malbec, entre otras, pero como dice Gina, la idea es probar de todo.
