
Desde que naces, tu peso ideal ya está codificado dentro de tí. La base de esto gira alrededor del hecho de que tu cuerpo tiene capacidades para sanarse a sí mismo, y bajo excepciones muy raras, este diseño es sumamente perfecto. Aunque esos kilos extras puedan hacerte creer lo contrario, tu perfección física ya existe.
Acuérdate cuando eras pequeña y te caías. Tu cuerpo automáticamente se encargaba de formar una costra que con el tiempo se caía y la piel se regeneraba. Sin importar cuántas veces pasabas por ese proceso, tu cuerpo siempre respondía de la misma manera.
Ahora imagina la complejidad de tus órganos y sus células, la manera en la que el corazón no para de latir, en que la sangre circula alrededor de tus venas y tus arterias, en la que tus pulmones controlan el aire que entra y sale constantemente de tu cuerpo, etc. El cuerpo siempre hace esto en automático sin que le digas qué, cómo y cuándo hacerlo.
Dentro de él existe una inteligencia que gobierna todas sus funciones para que éste se encuentre en un estado sano en todo momento. Y parte de estar sano es tener una proporción corporal sana y perfecta. Y así como no tienes que controlar el funcionamiento automático de tus órganos, también puedes CONFIAR en que no tienes que controlar las proporciones de tu cuerpo, ya que lo sabe hacer automáticamente.