Un día después de que se anunció la muerte de Ozzy Osbourne , su nombre vuelve a ocupar titulares, no solo por su impacto en la historia del rock, sino también por el impresionante patrimonio que dejó tras décadas de carrera. El legendario vocalista de Black Sabbath falleció el 22 de julio de 2025 en Birmingham, su ciudad natal, y dejó un legado artístico invaluable y una herencia que ronda los 220 millones de dólares, según informan medios británicos.
La millonaria herencia de Ozzy Osbourne y la cláusula que nadie puede romper

La millonaria harencia de Ozzy Osbourne
Durante más de cinco décadas, Ozzy Osbourne fue una figura central en el heavy metal, tanto como miembro fundador de Black Sabbath como en su carrera solista. Más allá de la música, su personalidad excéntrica y su turbulenta vida personal lo convirtieron en un ícono de la cultura pop. El reality show The Osbournes, que protagonizó junto a su esposa Sharon y sus hijos en la década de los 2000, lo catapultó a una fama aún más masiva, generando ingresos millonarios y consolidando su imagen pública como el “Príncipe de las Tinieblas” con un costado entrañable.
Según estimaciones de la prensa internacional, Ozzy dejó una fortuna valuada entre 220 y 250 millones de dólares. Este patrimonio millonario se construyó a lo largo de décadas gracias a múltiples fuentes de ingreso: su exitosa carrera como solista y con Black Sabbath, los derechos de autor de sus canciones, giras internacionales, el popular reality familiar The Osbournes, inversiones inmobiliarias y negocios como el festival Ozzfest, que él mismo fundó.

Todo apunta a que esta herencia será destinada a su entorno más cercano: su esposa Sharon Osbourne, quien además fue su representante durante gran parte de su trayectoria, y sus seis hijos. Tres de ellos —Jessica, Louis y Elliot— nacieron de su primer matrimonio con Thelma Riley, mientras que Aimee, Kelly y Jack son fruto de su relación con Sharon. La familia Osbourne, que en su momento capturó la atención del mundo con su vida fuera de lo común, ahora queda al frente de un legado artístico y económico que trasciende generaciones.

La estricta cláusula que la familia de Ozzy Osbourne debe cumplir
Tras su muerte, Ozzy Osbourne dejó una herencia con importantes activos, como su gran mansión de Buckinghamshire, Inglaterra, valorada en más de 12 millones de dólares. A lo que se suma una colección de coches clásicos y excéntricos, como un Rolls Royce Phantom negro de los años 70 o un Aston Martin DB5, su gran colección de guitarras firmadas por músicos famosos o sus propios instrumentos y partituras originales.
A esto se suman los derechos del Ozzfest, considerado uno de los festivales de metal más rentables del mundo, así como las regalías generadas por más de 20 álbumes de estudio, transmisiones en plataformas digitales y potenciales futuros documentales sobre su vida y carrera. Sin embargo, hay un aspecto clave que distingue el legado de e de otros artistas contemporáneos: una cláusula legal que impide que los derechos sobre su imagen, nombre y voz salgan del entorno familiar.

A diferencia de varias celebridades que en los últimos años han vendido sus catálogos musicales o su identidad digital a grandes corporaciones, Osbourne tomó medidas para proteger su legado de cualquier explotación comercial ajena. Cualquier uso con fines lucrativos —ya sea en documentales, merchandising, películas biográficas o contenido digital— deberá contar con la aprobación directa de su familia. Esta decisión, según allegados, responde a su deseo de evitar una “banalización” de su figura pública.
Por ahora, más allá de posibles reediciones especiales de su música, la familia ya estaría trabajando en un museo conmemorativo en Birmingham, la ciudad que lo vio nacer y donde dio sus primeros pasos como músico. Así, el “Príncipe de las Tinieblas” no solo deja una huella imborrable en la historia del rock, sino también un legado cuidadosamente protegido por quienes mejor conocieron su verdadero rostro.
