El legendario cantante y compositor estadounidense Billy Joel anunció la cancelación de todos los conciertos programados hasta julio de 2026 debido a un diagnóstico de hidrocefalia normotensiva, una afección cerebral que afecta el equilibrio, la audición y la visión.
Billy Joel cancela su gira tras ser diagnosticado con hidrocefalia normotensiva

Billy Joel cancela su gira tras ser diagnosticado con hidrocefalia normotensiva
La condición se habría agravado tras recientes presentaciones en vivo. Joel, de 76 años, se encuentra actualmente en tratamiento de fisioterapia bajo supervisión médica y ha sido aconsejado de abstenerse de realizar presentaciones durante su recuperación.
“Esta afección se ha agravado en los últimos conciertos, lo que ha provocado problemas de audición, visión y equilibrio. Por indicación de su médico, Billy se está sometiendo a fisioterapia y se le ha aconsejado que se abstenga de actuar durante este periodo de recuperación”, anunció en un comunicado.
“Siento sinceramente decepcionar a nuestro público, y agradezco su comprensión”, agrega.
¿Qué es la hidrocefalia normotensiva, la enfermedad que padece Billy Joel?
La hidrocefalia normotensiva es una condición que suele afectar a personas mayores y se caracteriza por la acumulación de líquido cefalorraquídeo en el cerebro, lo que puede provocar dificultades en el caminar, pérdida de memoria y problemas de visión.
Aunque no siempre se detecta mediante imágenes cerebrales, su diagnóstico temprano es crucial para un tratamiento efectivo.
Además de la edad, existen otros factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar hidrocefalia normotensiva (HNT), como haber sufrido una infección en el cerebro, una lesión craneal, haberse sometido a una operación cerebral o presentar un tumor en el encéfalo, según informa Johns Hopkins Medicine.
Entre los síntomas más comunes de esta condición se encuentran alteraciones cognitivas —como dificultades para recordar o concentrarse—, pérdida del control urinario y problemas al caminar o mantener el equilibrio. Según la Clínica Cleveland, esta enfermedad puede tratarse en muchos casos y, en ciertas situaciones, incluso revertirse.
El tratamiento habitual consiste en una intervención quirúrgica para colocar una válvula (derivación) que permite eliminar el exceso de líquido acumulado en el cerebro. La institución aclara que se trata de una cirugía invasiva, por lo que es normal que los pacientes necesiten varios días o semanas para recuperarse por completo.