Vivimos tiempos difíciles, convulsos e inciertos. A diario somos testigos de cómo algunos líderes mundiales parecieran volver al pasado y arrastrar a la humanidad junto con ellos, en detrimento de los avances conseguidos en temas como los derechos humanos que, para una gran parte de la población mundial, siguen siendo un reclamo y motivo de lucha todos los días.
Durante una reciente visita a la Ciudad de México, por invitación de Jack Levy Hasson, Martin Luther King III, hijo del legendario activista y defensor de los derechos civiles, el Dr. Martin Luther King Jr., reflexiona en exclusiva para Quién sobre el actual clima social, en el que la división y la polarización han llevado a la humanidad a un individualismo de supervivencia que pareciera alejarse de aquel sueño que motivó la lucha de su padre y la de otras figuras y grupos que han buscado construir una sociedad más armónica, más justa, y, sobre todo, más consciente.
¿Será entonces que hemos olvidado importantes lecciones de la historia o acaso todavía tenemos muchas otras por aprender? ¿El agotamiento y el miedo que experimentamos ante las contradicciones de la actualidad son un signo trágico o un paso necesario para propiciar el cambio?