No es nada inusual que las celebridades aseguren las partes más famosas de su cuerpo que han jugado un papel clave en sus carreras para garantizar que recibirán un jugoso cheque que compensara las pérdidas económicas que sufrirían si esos atributos resultaran dañados en algún accidente inesperado.
En el caso de la modelo Heidi Klum, fue una de las marcas que la contrató como su imagen la que tuvo la idea de solicitar una póliza de 2 millones de dólares para sus piernas. Irónicamente, en la valoración que se realizó como parte del seguro, una de ellas, la izquierda, recibió una transacción bastante menor que la otra.
"Cuando era joven me caí sobre un cristal y tengo una gran cicatriz", le explicó la modelo a la conductora Ellen DeGeneres. "Obviamente, ahora mismo llevo tanto autobronceador que no se puede apreciar. A veces la gente hace cosas muy raras", añadió para que nadie tratara de buscarla aprovechando que ella se había puesto un minivestido para la entrevista.
A la estrella de las pasarelas no se le escapa que este tipo de medidas resultan ridículas para gran parte de la población, aunque también reconoce que le gustaría que su escote contara con un seguro propio que lo protegiera, aunque ella no se ha animado a solicitarlo por su propia cuenta.
Hace unos meses se informó que a estrella de las pasarelas y su papá, Gunther Klum, se encuentran envueltos en una disputa relacionada con la carrera de la hija mayor de Heidi, Leni, de 17 años, que ha comenzado a seguir los pasos de su madre en el mundo de la moda.
Gunther, de 75 años, registró el nombre de Leni como marca en el territorio de la Unión Europea en marzo de este año e hizo lo mismo con el apodo que utilizan en la intimidad para referirse a la joven, Mausekatze, que se traduce como 'gato ratón' del alemán, lo cual podría interferir en un futuro con su trabajo como modelo.
Sin embargo, Heidi emprendió acciones legales para intentar recuperar los derechos sobre el nombre de Leni. Si finalmente se demostrara que Gunther ha actuado de manera maliciosa, podría enfrentarse a una muta de 250.000 euros o a una pena de hasta seis meses de cárcel.