"De la noche a la mañana me he convertido en un objeto. Me ha hecho volverme mucho más consciente de mí mismo. Porque cuando piensas en esa palabra y en la gente a la que se le aplica, siempre ves a una persona sana, atractiva y con músculos, y yo no soy así", ha señalado en una entrevista al periódico The Times.
Aunque él quiere dejar muy claro que no se queja de su recién descubierta fama, porque sabe que le haría sonar como un ingrato, sí sabe que por el momento está encasillado en un estereotipo que no le gusta nada.
"No se puede ser estéticamente atractivo e inteligente y una persona profunda. Antes no paraban de ofrecerme papeles como el profesor de gimnasia tonto. Es difícil romper con esa imagen. No me quejo, por supuesto, pero es una realidad", ha insistido.