Hace 23 años, Kate Winslet se convirtió en una celebridad de talla internacional, en gran parte gracias a su papel protagónico en la súper producción Titanic, con el cual obtuvo su primer premio Oscar.
La actriz platicó con la revista People sobre sus momentos memorables en la alfombra roja y, sin duda, el que recuerda con más cariño es el previo a ganar el máximo galardón de Hollywood.
Esa vez, en 2008, Kate Winslet llevaba puesto un vestido verde esmeralda de Givenchy con bordados dorados y un bolero a juego diseñado a la medida por Alexander McQueen.
La protagonista de Mare of Easttown recordó que el vestido era bastante incómodo, pero no importó, pues valió la pena usarlo. "Era como una escultura bordada. Tengo que ser honesta, el vestido no era del todo cómodo de usar… o para sentarse. Pero valió la pena porque él (McQueen) lo había hecho”.
La actriz, nacida hace 45 años en Reino Unido contó que cuando se trata de alfombras rojas, lo más importante para ella es la comodidad. "Siempre espero poder estar calmada y sentirme cómoda y que no me duelan los pies o que no tenga mi periodo”.
Kate Winslet, quien acaba de ser nombrada embajadora global de L’Oréal, algunas veces ha sentido que ella no vale la pena, con todo y los logros que ha tenido en su carrera.
"Me ha costado trabajo llegar a un lugar en el que no me disculpo por ser quien soy, donde acepto mis defectos. Estoy encantada de unirme a la hermandad de L'Oréal Paris para decir: 'se necesita coraje y fuerza para creer que vales la pena'.
"Todos tenemos momentos como ese, pero, cuanto más digas estas palabras y creas en todo lo que realmente eres, y sin importar cómo te identifiques, con el tiempo y la fe en ti misma sentirás que vales la pena".
