La cantante Katy Perry y el actor Orlando Bloom no han podido salir demasiado de casa tras el nacimiento de su pequeña Daisy Dove el pasado 26 de agosto, una situación que evidentemente se explica con la evolución de la pandemia del coronavirus y, por supuesto, con su deseo de sacar el máximo partido a su vida en casa en compañía de su recién nacida.
Sin embargo, y como han contado fuentes cercanas de la pareja al programa Entertainment Tonight, tales circunstancias no han supuesto obstáculo alguno a la hora de presentar a la niña en sociedad y, asimismo, para que los dos enamorados disfrutaran del sinfín de regalos, felicitaciones y buenos deseos que han venido recibiendo por parte de sus seres más queridos.
"Desde que llegó Daisy, Orlando y Katy se han visto constantemente inundados de amor, cariño y bondad. Sus amigos no han dejado de mandar regalos y palabras de ánimo. Y debido a la pandemia, ellos han tenido que presentar a Daisy a través de videollamadas. Pero al margen de los medios empleados, lo cierto es que la experiencia no podría estar resultando más satisfactoria", explicó una fuente al citado medio.
El nacimiento de su primera hija en común también ha reforzado aún más el profundo amor que se profesan los dos artistas, quienes deberían haber pasado por el altar este mismo verano y, lógicamente, harán todo lo posible para formalizar su unión cuanto antes, tan pronto como sea seguro hacerlo y en función de la disponibilidad de sus amistades y familiares más cercanos.
"Katy es una madre increíble y está obsesionada con su bebé. Los dos están más enamorados que nunca y sienten que su relación se encuentra ya en otro nivel, uno muy superior al que esperaban antes de recibir a su niña", ha sentenciado la misma fuente.