Taylor Swift se echa encima a Justin Bieber y a media industria discográfica

Cara Delevingne, Cher, Iggy Azalea o la madre de Selena Gomez han apoyado a la cantante mientras que la esposa de Scooter Braun y sus clientes Demi Lovato y Justin Bieber cierran filas a su alrededor
De acuerdo con Us Magazine, las casi inseparables amigas están distanciadas debido a que la actriz continúa viendo a Justin, hecho que molesta a Taylor.

haya quedado atrás, pero la cantante acaba de abrir un nuevo enfrentamiento que promete hacer olvidar el que mantuvo en sel pasado con Kanye y Kim, y que en cierto modo también incumbe al matrimonio.

Este fin de semana la estrella del pop publicó un comunicado en su Tumblr anunciando que se había despertado para toparse con que su peor pesadilla se había hecho realidad a través de la adquisición por parte de Scooter Braun de su antiguo sello discográfico Big Machine que, en la práctica, supone que este último controlará a partir de ahora su catálogo de grandes éxitos.

En ese mismo mensaje ella aseguraba que el popular mánager -que cuenta con clientes tan famosos como Justin Bieber, Ariana Grande o Demi Lovato- había orquestado en el pasado una campaña de acoso en su contra, citando como ejemplo una foto que Bieber compartió hace años en su Instagram -etiquetándola además en ella- en la que aparecía hablando por videollamada con Scooter y Kanye West. Taylor también insistía en que había tratado de tomar el control de sus seis primeros álbumes antes de tomar la decisión de firmar un contrato con Republic Records -perteneciente a Universal Music- el año pasado.

Como era de esperar, sus declaraciones han levantado ampollas y han provocado una división en la industria. Justin Bieber ha sido uno de los primeros en reaccionar en su Instagram con un mensaje en el que se disculpaba por su antigua publicación "de mal gusto e inoportuna", al mismo tiempo que le reprocha que haya arremetido de forma tan mediática contra Scooter y que haya olvidado la manera en que él la habría apoyado siempre.

En esa misma línea, Scott Borchetta -el antiguo propietario de Big Machine- ha alegado que sí avisó a Taylor de que se iba a producir la transacción y ha recordado que en su momento se le ofreció una opción para adquirir los derechos de su antiguo catálogo. Ese acuerdo, según Taylor, implicaría recuperar cada antiguo álbum suyo publicando uno nuevo y habría equivalido a renunciar a su futuro a cambio de su pasado.

Aunque Scooter Braun ha guardado silencio hasta ahora, su esposa Yael Braun ha salido en su defensa acusando a la artista de ser irónicamente el ejemplo perfecto de cómo se puede usar una posición de poder para acosar a otros, en este caso su marido, y afirmando que debido a la posición del padre de la artista como accionista de Big Machine, ella estaba de sobra al tanto de los cambios que se iban a producir, algo que Taylor ha negado rotundamente a través de sus portavoces.

Otro de los representados del mediático mánager que ha decidido posicionarse en su bando ha sido Demi Lovato, que ha dado su palabra al mundo entero de que Scooter no es un mal hombre y ha añadido que, a título personal, se siente agradecida de que entrara a formar parte de su vida.